Bufffff... han sido muchas y la mayoría inconfesables, no vaya a ser que alguno de las fuerzas del orden las lea y no hayan prescrito, jaja. Así que sólo contaré un par de ellas y que estén relacionadas con los coches:
Una de las travesuras la conté en otro post, copio y pego: Un "amigo" mío tenía un Supercinco 1.1 carburación (4 velocidades). Lo de amigo entre comillas porque era el típico personaje de esos pesaos que se acoplan en la pandilla y pasa a formar parte del grupo cuando todos los de la peña lo detestan, pero inexplicablemente ahí se queda... creo que me entenderéis porque debe haber uno en la mayoría de los grupos de amigos, jeje.
El caso es que una noche estuvimos en la playa tomando algo antes de ir de marcha, pero el fulano se pasó de copas y quedó semi-inconsciente y ya no pudimos salir por su culpa. Hubo que cuidarlo y acabar por llevarlo a casa, pero... en cuanto lo sentamos y le pusimos el cinturón... con todas las que ya nos debía nos "vengamos" con su coche y decidimos que el fulano no nos iba a dejar sin diversión esa noche. Hicimos arrancadas y trompos por la arena del aparcamiento de la playa, y de camino a su casa fuimos a lo Ragnotti, tramo total . El coche en su puta vida llevó semejante trote, aquello se disparaba de revoluciones en cada reducida, las ruedas chillaban en cada curva, en alguna hasta nos cruzábamos con el freno de mano. Yo iba en el asiento trasero y conducía el que más manía le tenía, y llevaba una cara de concentración impresionante. Y el dueño en el asiento del acompañante cayendo de un lado para otro sin coscarse de nada, jojojojo, cada vez que lo recuerdo me muero de risa
Llegando a su casa empezaba a espabilar el tío, le guardamos el coche en el garaje y para ver si nos iba a echar la bronca del 15 al recuperarse le preguntamos: "¿Sabes dónde estamos? "- En la playa", nos dice, jojojo. Al día siguiente nos dio las gracias por llevar a casa a él y a su coche sanos y salvos.
Otra historia fue curiosamente con el mismo coche. Nos reuníamos en casa de un amigo antes de salir, y el del supercinco lo aparcaba en la entrada de un taller, según él no molestaba porque "las madrugadas de los sábados no se curra". Nos fuimos de marcha esa noche en dos coches y el supercinco y mi zeta quedaron allí. Pero resulta que uno se dió cuenta que se dejara la cartera atrás y dimos vuelta los de un coche, mientras que los otros siguieron y no se enteraron del tema. Y al llegar a casa a uno se le ocurrió una bromilla: Resulta que un colega mío es capaz de abrir las puertas de los coches usando únicamente un cordón (por suerte para la humanidad es buen pavo y no dedicó nunca su "don" para nada malo). Se nos ocurrió entrar en el Supercinco y moverlo unos metros. Costó un poco porque una vez abierto no se trataba sólo de quitar freno de mano, poner punto muerto y empujar como pensábamos en un principio, ya que el volante estaba bloqueado. Así que para que tomara una curva teníamos que parar y arrastrarle el culo para ponerlo en posición antes de seguir empujando. Pero bueno, éramos varios y lo hicimos. El resultado fue que le dejamos el coche a unos 100 metros de donde él lo había dejado. La excusa para llegar a la zona de marcha 20 minutos más tarde fue que no encontramos aparcamiento, así que no sospechó nada.
De vuelta a casa la cara del fulano fue algo impagable de ver, estaba rayadísimo Primero pensó que se lo robaran y luego cuando lo vió más lejos ya no sabía ni qué pensar. Yo le dije que probablemente fuese el del taller con la grúa para entrar por alguna urgencia... y se marchó convencido de ello.
Una de las travesuras la conté en otro post, copio y pego: Un "amigo" mío tenía un Supercinco 1.1 carburación (4 velocidades). Lo de amigo entre comillas porque era el típico personaje de esos pesaos que se acoplan en la pandilla y pasa a formar parte del grupo cuando todos los de la peña lo detestan, pero inexplicablemente ahí se queda... creo que me entenderéis porque debe haber uno en la mayoría de los grupos de amigos, jeje.
El caso es que una noche estuvimos en la playa tomando algo antes de ir de marcha, pero el fulano se pasó de copas y quedó semi-inconsciente y ya no pudimos salir por su culpa. Hubo que cuidarlo y acabar por llevarlo a casa, pero... en cuanto lo sentamos y le pusimos el cinturón... con todas las que ya nos debía nos "vengamos" con su coche y decidimos que el fulano no nos iba a dejar sin diversión esa noche. Hicimos arrancadas y trompos por la arena del aparcamiento de la playa, y de camino a su casa fuimos a lo Ragnotti, tramo total . El coche en su puta vida llevó semejante trote, aquello se disparaba de revoluciones en cada reducida, las ruedas chillaban en cada curva, en alguna hasta nos cruzábamos con el freno de mano. Yo iba en el asiento trasero y conducía el que más manía le tenía, y llevaba una cara de concentración impresionante. Y el dueño en el asiento del acompañante cayendo de un lado para otro sin coscarse de nada, jojojojo, cada vez que lo recuerdo me muero de risa
Llegando a su casa empezaba a espabilar el tío, le guardamos el coche en el garaje y para ver si nos iba a echar la bronca del 15 al recuperarse le preguntamos: "¿Sabes dónde estamos? "- En la playa", nos dice, jojojo. Al día siguiente nos dio las gracias por llevar a casa a él y a su coche sanos y salvos.
Otra historia fue curiosamente con el mismo coche. Nos reuníamos en casa de un amigo antes de salir, y el del supercinco lo aparcaba en la entrada de un taller, según él no molestaba porque "las madrugadas de los sábados no se curra". Nos fuimos de marcha esa noche en dos coches y el supercinco y mi zeta quedaron allí. Pero resulta que uno se dió cuenta que se dejara la cartera atrás y dimos vuelta los de un coche, mientras que los otros siguieron y no se enteraron del tema. Y al llegar a casa a uno se le ocurrió una bromilla: Resulta que un colega mío es capaz de abrir las puertas de los coches usando únicamente un cordón (por suerte para la humanidad es buen pavo y no dedicó nunca su "don" para nada malo). Se nos ocurrió entrar en el Supercinco y moverlo unos metros. Costó un poco porque una vez abierto no se trataba sólo de quitar freno de mano, poner punto muerto y empujar como pensábamos en un principio, ya que el volante estaba bloqueado. Así que para que tomara una curva teníamos que parar y arrastrarle el culo para ponerlo en posición antes de seguir empujando. Pero bueno, éramos varios y lo hicimos. El resultado fue que le dejamos el coche a unos 100 metros de donde él lo había dejado. La excusa para llegar a la zona de marcha 20 minutos más tarde fue que no encontramos aparcamiento, así que no sospechó nada.
De vuelta a casa la cara del fulano fue algo impagable de ver, estaba rayadísimo Primero pensó que se lo robaran y luego cuando lo vió más lejos ya no sabía ni qué pensar. Yo le dije que probablemente fuese el del taller con la grúa para entrar por alguna urgencia... y se marchó convencido de ello.